Mesas de participación

Esta viñeta del genial Quino (para ampliar pincha en ella) ilustra a la perfección la idea de participación que ha tenido durante estos dos años el equipo de gobierno: a los ciudadanos se les invita a participar, porque es una obligación de las administraciones recogida en la Constitución y el Estatuto de Autonomía, pero cuando lo intentan, se les ningunea y solo se encuentra mesas vacías de contenido, en las que nadie les escucha, porque todo fue ya decidido de antemano, y con otros.
La participación fue uno de los puntos fuertes del PSOE en campaña electoral y el término más usado en su programa: el encabezamiento del programa es un agradecimiento por haber podido hacer un programa electoral participativo; y en la presentación Antonio Suárez dice que la participación y la transparencia serán el eje fundamental de su gestión. Luego eso es algo que debemos medir a la hora de valorar su gestión: han tenido en cuenta de verdad a los ciudadanos , tal como prometieron, o engañaron para conseguir sus votos?.
¿Qué ha sucedido hasta ahora entre la declaración de intenciones del PSOE y la realidad de lo que han hecho?. Las mesas de participación, ha sido el instrumento elegido por el PSOE para desarrollar su idea de participación. Veamos cual ha sido la actitud del PSOE respecto a las Mesas, y de que forma han ido degradándose en poco tiempo dichas Mesas:
Mesa de “participación ciudadana” en la oposición. El PSOE se dejaba llevar y participaba en las mesas constituidas por los colectivos ciudadanos para luchar frente al PGOU y a la carretera A-8077. Participaba en condiciones de igualdad; y por tanto, es el momento en que estuvieron más cerca de la idea plena de ciudadanía y de participación: a través del diálogo sin barreras, y sin establecer jerarquías, se intercambiaba información, se argumentaba, se elaboraban propuestas de acción, a partir de decisiones consensuadas en bien del pueblo, y se distribuían tareas.
Participación interesada”, durante el periodo electoral, o dame tus ideas para hacer mi programa electoral. El PSOE convocaba a las asociaciones en Mesas en su sede electoral y les decía que le aportaran ideas, prometiéndoles que gobernarían teniendo en cuenta lo que la gente le dijera. Se trataba de levantar la bandera de la participación para ganarse a un electorado movilizado y concienciado; y aparentar un plus ético que era considerado por muchos como imprescindible para regenerar la vida política local.
Participación por contagio”, en los primeros momentos postelectorales. Aún con la euforia de la victoria, se convocan mesas para recoger las opiniones de los ciudadanos; pero aparecen los primeros cortocircuitos, como en la Mesa sobre el Sistema de Espacios Libres del Potaus en que ni entregaron en primera instancia documentación previa -hubo que exigírsela-, ni han explicado , transcurridos más de dos años, el informe de lo que los ciudadanos dijeron, ni se sabe lo que desde el Ayuntamiento se alegó a la Junta de Andalucía, tal y como se comprometieron. Son acciones aisladas, puntuales, para cumplir el expediente, y no abren en ningún caso procesos de comunicación, interacción y diálogo que son condiciones básicas de la participación. También es el periodo en que se reúnen de forma aislada con miembros del movimiento ciudadano para convencerlos de que serán participativos.
Inicio de la idea de “participación manipuladora”, al año de legislatura. Las mesas de participación se convocan con un formato limitado, no se le entrega a la gente información previa para que puedan llegar a las reuniones con los temas preparados, sino que se espera cogerlas por sorpresa y sin argumentos. En realidad, en las mesas no se toman decisiones, ni se explican los criterios de las decisiones ya tomadas, o se dan criterios arbitrarios y caprichosos, del tipo “es que esto le gusta al equipo de gobierno”. Lo que se pretende es contar que hay ciudadanos que se suman a su causa: para ello, manipulan las mesas afirmando en los medios e comunicación que las asociaciones intervienen en el diseño del Centro de Interpretación.
5º “Participación de los súbditos”. Cuando se comprueba que la gente tiene ideas propias y que les discute los procedimientos, deciden acabar con las mesas de participación. En este periodo se empiezan a utilizar todas las artimañas posibles para dificultar el acceso de la información, y la presencia de los ciudadanos en foros de debate. Estamos en el quinto momento de la evolución y vaciamiento de contenido de la palabra participación: No quiero ni necesito la opinión de nadie. Cualquier resistencia a lo que voy a hacer se considera desacato a la autoridad y será tenida en cuenta en el futuro. Quiero que asistas como público a las jornadas y encuentros que yo organice. Esta fase suele coincidir con un reforzamiento de la parte clientelar, es decir, centrar la participación en comunicarse con aquellas asociaciones que ponen menos pegas y que, legítimamente, se vuelcan en conseguir sus objetivos con la ayuda de las subvenciones.
6º Momento. “Las mesas de participación del movimiento ciudadano”. A partir del momento anterior los que tendrían que dar explicaciones acerca de decisiones delicadas para la vida del pueblo, concejales y alcalde, no están, ni se les espera. No convocan espacios de argumentación, y se quitan de en medio, para al final acabar contratando un agente externo, "el arquitecto contratado", que de explicaciones por ellos, y zanje este incómodo asunto de la participación ciudadana. Pero también a partir de ahí los ciudadanos, por su cuenta, tienen que crear y construir sus propios foros de diálogo, las mesas de participación del movimiento ciudadano, desde las que llegar a consensos, elaborar propuestas y expresarse en voz alta, con libertad y rigor.


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